sábado, julio 12, 2008

¿Donde hemos escondido el corazón?

Demasiado doloroso para pasarlo por alto. Demasiado trágico para mirar hacia otro lado. El viaje hacia el paraíso con que las mafias se lucran a costa de las ilusiones de los más débiles, se están tornando en viajes a ninguna parte, en llanto de madres desposeídas de lo que más quieren en el mundo: sus hijos. Unos hijos que han arriesgado todo, para llevar a esas madres que les aguardan en sus países, un poco de bienestar, de ese bienestar que les ofrecen las mafias, por el "módico" precio de 1.500 euros. Precio por el que toda la familia se ha endeudado, ya que nunca han poseído esa suma, y que, aunque ese hijo fallezca, ellas deberán seguir pagando.
Hijos que pueden ser a su vez, padres o esposos. O hijos, como ha sucedido esta vez, pequeñines inocentes, ajenos a la movida criminal que les ha llevado a la más injusta de las muertes. Y madres que han visto con horror, como el mar arrebataba de sus manos sus tesoros más preciados.
Mientras tanto, el mundo duerme. Europa, y con ella, España, piensan solo en como quitarse de enmedio a estos "advenedizos" a quienes, en su época de colonización, despojaron de todos sus bienes naturales. Continente, el africano, bello y con grandes riquezas, esquilmado por todos los que alli fueron a enriquecerse. Son sus habitantes los que ahora, ante la pobreza, la sequía, las guerras, las luchas entre etnias que Europa juntó sin miramientos, sale a nuestro encuentro a buscar algo a lo que tienen tanto derecho como nosotros: la vida, el sustento, la educación. Aunque algunos, más bien muchos, se queden en el camino, como ha ocurrido esta vez. Mientras, los grandes gobernantes se reunen en lujosos hoteles y disfrutan de opíparas cenas, para ver como y de que manera se puede acabar con la pobreza de los pobres. ¡Que ironía!
Y claro, las leyes hay que cumplirlas... no importa lo que estos últimos "sin papeles" hayan tenido que sufrir viendo como morían sus compañeros de viaje y sin saber si ellos iban a ser los próximos en caer: no hay excepción, ¡deberán ser repatriados!
¡Mundo! ¿Donde has escondido tu corazón?

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿HEMOS PERDIDO NUESTRA ALMA? El egoismo impera en esta sociedad consumista, mercantilizada, nada que no pueda valorarse cuenta: "yo te doy si tu puedes darme". Pero nuestro error radica que hay "cosas" que existen aunque no sepamos valorarlas, y eso ocurre con nuestro espiritu, con nuestra condición humana; pero nosotros saldriamos perdiendo porque el vacio de una vida sin sentimientos humanos, con nada se podrá llenar. Hemos de replantearnos nuestros valores, porque solo con cosas, sin sentimientos humanos, nuestra vida estará vacia.