MANUEL ALCÁNTARA
Lo peor que le puede pasar a un inmigrante no es que le contraten para realizar un trabajo horroroso, sino quedarse en el paro y no poder acudir puntualmente a ningún horroroso trabajo. En esa situación aún se encuentran muchos, sobre todo en Andalucía. Deambulan por los pinares, sin comida, sin agua y sin luz. Un fracaso colectivo como la copa de cualquier pino donde se guarecen, bajo esos plásticos que dicen que pueden ver los astronautas, pero en los que no repara más que Cáritas, que es su única ayuda.
Lo peor que le puede pasar a un inmigrante no es que le contraten para realizar un trabajo horroroso, sino quedarse en el paro y no poder acudir puntualmente a ningún horroroso trabajo. En esa situación aún se encuentran muchos, sobre todo en Andalucía. Deambulan por los pinares, sin comida, sin agua y sin luz. Un fracaso colectivo como la copa de cualquier pino donde se guarecen, bajo esos plásticos que dicen que pueden ver los astronautas, pero en los que no repara más que Cáritas, que es su única ayuda.
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