Francisco Álvarez | Valencia
Aún no han alcanzado la mayoría de edad pero ya conocen en primera persona los entresijos del negocio del sexo. Deambulan por las calles de madrugada y venden su cuerpo al mejor postor. Por la mañana no acudirán a la escuela. Nadie les espera en casa.
La mayoría procede de países del Este, África y Latinoamérica. Son inmigrantes ilegales, captados por mafias de proxenetas. Pero también hay españoles entre ellos
No hay comentarios:
Publicar un comentario