sábado, diciembre 25, 2010

El inmigrante

José María Hidalgo

Querido amigo lector:Eran las siete de la tarde y todo el mundo se afanaba en acabar sus tareas con premura. En las mentes estaba ya la imagen de la humeante sopa de pastas, el asado de lechón y los suculentos postres almibarados. Era Nochebuena y se quería llegar temprano a casa. El aeropuerto comenzaba a quedarse desierto porque en esa noche son pocos los que viajan y fue precisamente entonces cuando la historia sucedió...


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